Cartas

Contradicciones en la salmonicultura

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Señor Director:

Australia acaba de permitir la importación de salmón chileno. La directora nacional de Sernapesca, Soledad Tapia, afirmó que este hito es “un gran reconocimiento viniendo de unos de los mercados más exigentes del mundo en materia de bioseguridad”.

Ante las loas que la autoridad hace a la producción de salmón chileno cabe preguntarse, ¿por qué se sigue frenando sus desarrollo? Las moratorias a nuevas concesiones acuícolas, incorporadas a raíz de la crisis del virus ISA, siguen vigentes en las regiones de Los Lagos, Aysén y Magallanes, a pesar de que el reglamento de concesiones ya especifica una distancia mínima de 2,8 kilómetros entre cada una para asegurar buenas condiciones sanitarias. En paralelo, las fusiones y relocalizaciones, que permiten producir más eficientemente, salir de áreas protegidas y tener menor riesgo sanitario, se han vuelto impracticables, habiéndose concretado solo una desde 2010.

La salmonicultura es la segunda mayor exportación nacional. Si el Gobierno es consistente con lo que Tapia afirma, no existen razones para no destrabarla y, finalmente, hacer una reorganización territorial que pavimente una ruta de crecimiento de largo plazo. De lo contrario, países como Noruega, que esperan triplicar su producción al 2050, solo ganarán distancia en una carrera en la cual, hace tiempo, corremos con una mochila en la espalda.

Joaquín Sierpe Subiabre

Economista de Pivotes

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